No muchos cambios, pero si los suficientes para hacer un poco mas visible el trabajo de los pilotos y, sobre todo, de los aeromodelistas. Bajo mi punto de vista (y el de más de uno), la fórmula se había convertido, casi, en un juego a la toma, que no es que sea malo, toda la competición tiene sus partes y ésta era una de ellas, pero perdía un poco en la parte del vuelo, esas subidas a la estratosfera (jejeje, soy andaluz y un poco exagerado) casi aseguraban los siete minutos del vuelo y quedó parada un poco esa competición que se hacía en el campo y en casa, en la mesa, diseñando y construyendo modelos que cumplieran las expectativas del piloto para competir en la modalidad.
Daba casi igual entrenar todos los días que coger el avión de concurso en concurso y que conste que no es quitar méritos…
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